Aquellos
que
se han ido
quedaron.
Están
en estatuas
que se hunden
en la
tierra
mojada
de los sueños. Permanecen
como transparencias
de humo,
estatuas
que se hunden
y se inclinan
en una
quietud
que es caída.
Aquellos
que se han ido
están por siempre
aquí
como
helechos
y hongos feroces
parpadeando
en la noche
en
la humedad
de las noches.
En la estatua
de la noche.
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